Lo cierto es que, sobre el papel, a todo el mundo le hace ilusión reformar un piso para dejarlo a su gusto. Pero a la hora de la verdad, cuando te enfrentas a ello, todo se hace más cuesta arriba.
Desde hace varios días, mi tiempo libre se reparte entre repasar webs de muebles, diseño, fábricas de sofás, cocinas y bricolaje, y visitar tiendas de muebles, de diseño, de sofás, de cocinas y bricolaje.
Resulta curioso descubrir que existen tarimas en colores como fresno blanco, abedul mantequilla o cerezo selva. ¿Las paredes? ¿Gris audaz o quizás patagonia perla suave? Aluciflipo con los cientos de pantones que te sacan cuando preguntas por pintura gris. Si hablamos de sofás, descubres un nuevo mundo con la infinidad de medidas, tejidos, acabados, espumas y colores que hay. Y de cocinas y baños, creo que tengo material para escribir una enciclopedia por fascículos.
Y es que, aunque tengas una idea clara de cómo quieres que quede el resultado final, cuesta mucho encontrar y encajar las piezas ideales del puzle. Quizás es que somos demasiado exigentes… pero quien algo quiere, ¡algo le cuesta! Así que, una vez superemos el master en reformas y albañilería, tendremos un bonito piso al que podremos llamar hogar 🙂
En cualquier caso, tengo ya un ojo puesto en las frikadas que no pueden faltar en mi home. Reconocerás mi casa por un felpudo como este. Y una vez entres en casa, sabrás que soy una enamorada de Barcelona cuando veas el vinilo decorativo del skyline de Barcelona que ya me han enviado de Workcenter. Otro detalle que no pasará desapercibido será esta funda nórdica que no pude evitar comprar en una tienda de L’Hospitalet.
Así que, como ves, ya sólo queda decidir todo lo demás para que el felpudo, el vinilo y el nórdico queden estupendamente en casa. Fácil, ¿verdad? 😉
¡Seguiremos informando!